La dermatofitosis, también conocida popularmente como tiña (en inglés se usa el término ringworm), hace referencia a la infección producida por un grupo de hongos llamados dermatofitos, sobre la piel y sus anejos (pelos, uñas y en el caso de los erizos también las púas). La palabra dermatofito proviene del griego dermato (piel) y phyton (planta), por lo que literalmente su nombre significa “planta de la piel”, si bien se trata de hongos.
Causa
En los erizos la mayoría de dermatofitosis están causadas por el hongo Trichophyton erinacei (=Trichophyton mentagrophytes var. erinacei ), propio de los erizos, aunque de forma ocasional puede haber otros hongos implicados, como Microsporum canis o Microsporum gypseum . La infección puede afectar tanto al erizo africano, como al erizo egipcio u orejudo y al erizo europeo.
Trichophyton mentagrophytes visto al microscopio
Es importante destacar que muchos erizos presentan dermatofitos (hongos) en la piel o anejos pero no presentan lesiones, y el animal no muestra signos de enfermedad. A estos animales se les denomina portadores subclínicos. Por ejemplo, en un estudio realizado con 74 erizos europeos (Keymer et al. 1991) sólo 1 erizo mostró signos de dermatofitosis (enfermedad), pero el 25% de estos animales eran portadores subclínicos. En estos animales su piel y su sistema inmunitario son capaces de controlar el desarrollo de los dermatofitos. Es posible que estos hongos no lleguen a dar signos clínicos durante la vida del erizo, aunque si su sistema inmunitario se ve alterado por el padecimiento de alguna otra enfermedad estos hongos podrían llegar a causar lesiones. Los erizos portadores pueden transmitir los hongos a otros libre de ellos, provocando enfermedad o haciendo que sean portadores subclínicos.
Transmision
La transmisión de los hongos se produce normalmente por contacto directo entre erizos, bien desde el momento de nacer (contacto entre la madre y las crías) o cuando se produce cualquier tipo de contacto (encuentros, peleas, cópulas, etc). Esto podría explicar por qué la mayoría de lesiones se localizan en la cabeza.
La infección puede producirse también por esporas fúngicas en el ambiente, que pueden quedar en camas, nidos y similares, ya que pueden permanecer viables hasta durante un año. Esta es una razón más para ser riguroso con la limpieza periódica de todos los elementos de las jaulas/terrarios de los erizos.
En algunos casos puede jugar un papel en la transmisión la presencia de ácaros ( Caparinia ), ya que las esporas fúngicas pueden vehicularse a través de sus heces. Además, cualquier lesión en la piel, ya sea producida por traumatismos, ácaros, o tumoraciones puede facilitar la aparición de dermatofitosis.
Signos y lesiones
Las lesiones más frecuentes asociadas a la presencia de dermatofitosis son las costras y descamación alrededor de la base de las púas. La mayoría de lesiones se suelen localizar alrededor de la cabeza y las orejas, aunque puede verse afectada cualquier parte del cuerpo. Las zonas con más afectación pueden oscurecerse (hiperpigmentación), y pueden llegar a sangrar si se arrancan. Otro signo común es la caída de púas, que suele ser generalizada, y aunque en erizos no es tan frecuente que aparezcan zonas delimitadas sin púas, sí suelen aparecer zonas con una densidad baja de las mismas. |
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En infecciones crónicas se puede observar un engrosamiento de las orejas, que se van volviendo irregulares. Estas lesiones no suelen recuperarse aún con tratamiento adecuado, debido a la alteración en la estructura del tejido.
Lesiones en orejas: bordes irregulares y engrosados
Generalmente los animales afectados no presentan alteraciones en su estado general (peso, ganas de comer…). La presencia de prurito (sensación de picor) puede variar entre animales.
Diagnostico
Aunque se puede sospechar de una infección por hongos en base a los signos clínicos y lesiones, el diagnóstico definitivo de la dermatofitosis se basa en el cultivo fúngico realizado por el veterinario. Para dicho cultivo se toma una muestra de la piel del erizo (púas, pelos, descamación) y se coloca en lo que se denomina un “medio de cultivo”, que corresponde a un sustrato donde, de haber esporas y otras estructuras fúngicas en la muestra, debería desarrollarse el hongo. Tras el mantenimiento a una temperatura y humedad determinadas durante una serie de días (hay hongos que tardan en desarrollarse hasta 1 mes) se determina si hay crecimiento, y de ser así, de que hongo se trata. Muchas veces pueden crecer hongos ambientales, no causantes de dermatofitosis.
Cultivo de hongos en crecimiento
Aunque un resultado positivo implica la presencia de hongos (ya sea con lesiones o sin ellas), un resultado negativo no descarta la enfermedad, ya que muchas veces la muestra no es la adecuada o los hongos presentes en la muestra se alteran y no crecen en el medio de cultivo.
Tratamiento
En el caso de diagnosticarse una dermatofitosis debe ser el veterinario quien valore la necesidad de establecer un tratamiento, y de ser así, cuál es el tratamiento más conveniente para cada caso y erizo en particular. Cualquier medicación administrada sin un control veterinario podría dar lugar a alteraciones generalizadas en el erizo o a resistencias de los hongos ante los medicamentos.
El tratamiento de la dermatofitosis es por lo general largo y requiere bastante implicación y seguimiento por parte del propietario. Por lo general se suele emplear un tratamiento tópico a base de baños frecuentes con champú antifúngico (enilconazol, ketoconazol, etc.) y otros champús hidratantes y exfoliantes (peróxido de benzoílo), en combinación o no con antifúngicos orales (itraconazol, griseofulvina, ketoconazol,etc.).
Debe valorarse la necesidad de tratar a varios erizos que convivan aunque sólo uno de ellos muestre lesiones, debido a que el resto pueden actuar como portadores.
La recuperación de la piel y el crecimiento de nuevas púas suele ser lento. En algunos casos las lesiones producidas en la piel pueden ser irreversibles (sobre todo en orejas).
La dermatofitosis en erizos es una zoonosis, es decir, una enfermedad que puede transmitirse desde los animales y afectar a las personas. Así pues puede causar lesiones, que producen picor y descamación a los propietarios que manipulan sus erizos. Por ello es importante el aseo después de manipular animales sospecha de dermatofitosis. En caso de que una persona sufra dichas lesiones debería recibir control médico.
Autor: Alfonso Moya Vázquez, veterinario del Centro Veterinario Bormujos de Sevilla