Dani fué el primer erizo que «rescatamos». Aunque son cientos los casos con los que nos encontramos cada año, mails de personas que han encontrado un erizo y nos consultan que hacer con él para ayudarle, en este caso en concreto como estábamos muy cerca del lugar nos encargamos personalmente de él. Ocurrió pocos meses después de fundar la asociación, a principios de 2011.
Apareció en Leganés, cerca del hospital, una zona urbana aunque en las afueras, y las personas que lo encontraron se lo llevaron a casa y consultaron como ayudarle. Así es como dieron con la asociación, y tras saber que estabamos a apenas unos km (en esa época yo vivía en Getafe) no dudé ni un momento en ir a buscarle para hacerme cargo de él.
Era ya de noche, me acompañó mi hermana que estaba unos días de visita, y cuando llegamos al lugar allí estaba. Era «mi primer rescate», que emoción! Enorme, precioso, muy espabilado y sin ningún miedo. El peque de la casa le había bautizado como Dani, y porsupuesto nosotros le mantuvimos el nombre.
Nos lo llevamos a casa, comió un poco y tras pasar la noche en su caseta improvisada al día siguiente nos lo llevamos al centro de recuperación de GREFA donde se encargaron de revisarle y mantenerle hasta asegurarse de que estaba en buen estado.
Unas semanas después, pudimos participar en su liberación, junto a la de otros dos erizos que ya estaban recuperados y a punto para volver a ser libres. Nos desplazamos hacia la sierra de Madrid, a una zona rodeada de bosques de encina y un gran lago, donde estarían a salvo de carreteras y con acceso a comida abundante y agua.
Espero que seáis muy felices pequeños y durante años esos los bosques disfruten de vuestra presencia.